jueves, 26 de agosto de 2010

Karina Astete

"...la imagen es el mediador entre el espectador y la realidad; la imagen se presenta como límite, “establece una relación con el mundo”, por lo tanto se ejercen proyecciones sobre ella. El que vigila se sitúa en un punto en donde busca mirar situaciones exteriores a su individualidad, es decir hace una proyección de sí en los otros, por lo que debe situarse en ellos; pero sin que ellos se percaten de su presencia, ya que si así fuere, dejaría de ser vigilancia. Lo mismo ocurre con el voyeur: la palabra voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, también llamado “mirón” o “brechero”. Ninguno de los dos anteriores interactúa directamente con el sujeto observado, quien permanece casi siempre ajeno a dicha observación. El voyeur (ahora también vigilante) suele observar la situación desde lejos, bien mirando por una cerradura, por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, etc.(...) La reiteración de la mirada sobre un mismo patrón de imagen, genera el goce dentro de un continuo encadenamiento de satisfacción del sentido. El espectador se apropia de ciertos elementos de las fotos, haciendo una relación subjetiva con lo real, lo cual demuestra que el proyectarse es un acto implícito impulsivo en el acto de mirar."

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