Alair Gomes (1921-1992) realiza muchas de sus capturas fotograficas desde la ventana de su apartamento en Ipanema a muchachos que pasaban por la vereda de la calle o por la playa, creando series de imágenes secuenciales a modo de una narración fotográfica. Hasta hace muy poco, Gomes fue visto como un nombre maldito de la fotografía brasileira, debido al carácter marcadamente homoerotico de su trabajo. Fue sólo después de su muerte, en 1992, que su nombre comenzó a salir del ostracismo, en una exposición organizada por amasser Joachim Paiva en la I Bienal Fotografía de Curitiba, en el año 1996.